En estos días de crisis…

¡Ama Hoy…!

Un poeta gritaba con fuerza hace tiempo:

“Vive, pero hazlo de manera tal, que cuando te largues de este planeta, tengamos que olvidarte a la fuerza”

Y es que no es lo mismo VIVIR que SOBREVIVIR. Millones de hombres y mujeres “se mueven”, pocos son los que viven. Sólo viven aquellos que aman la vida; aquellos que tienen sueños y objetivos nobles. Que tienen un “porqué” hacerlo, un SIGNIFICADO DIGNO. Víctor E Frankl inicia con algunos de estos postulados, su famosa teoría de la logoterapia: la terapia del SENTIDO de la vida.

Talvez usted tuvo la oportunidad de ver la película “Impacto Profundo. Se trataba de un enorme asteroide que iba a colisionar con la tierra. Al confirmar la inminencia de un impacto mortal, la mayoría de seres humanos hacen colapsar los teléfonos de las grandes ciudades. Llamaban a sus seres queridos a decirles: “¡te amo!”, “perdóname”, “te necesito”, “siempre te admiré”. ¡Le doy gracias a Dios por ti!...

Y es que cuando estamos al borde de morir experimentamos los momentos de máxima iluminación. De mayor objetividad. Allí es cuando realmente ¡despertamos! Y nos damos cuenta que lo único que vale la pena es ... ¡amar hoy! ¡No hay tiempo que perder! Se nos va la vida sin haber hecho lo que debimos hacer desde un inicio: demostrar el gigantesco amor que llevamos dentro, a nuestros hijos, a nuestra familia. No podemos morirnos teniendo, aún, las manos llenas. Los hombres, especialmente, somos inexpresivos; a veces incapaces de revelar sentimientos profundos, ni siquiera a los que más queremos. Tal vez es tiempo de detenernos y mirar nuestro estilo de vida. Es tiempo de mejorar y valorar el presente. De mostrar a los que amamos lo que lleva adentro nuestro corazón. Es tiempo de vivir con más calidad. Sólo el amor tiene ese poder. El maravilloso efecto de transformar en milagro el barro. Lo demás es lo de menos.

Y algo más. Las personas que llevamos a Dios en el corazón logramos experimentar esos momentos de “iluminación” sin necesidad de vivir estas crisis extremas. Dice la Palabra: “Yo he venido para que tengas vida y la tengas en abundancia” Jn. 10,10. El mensaje poderoso de Jesucristo nos motiva a amar y a vivir intensamente hoy. Es tiempo de hacerlo. El amor no es solamente un sentimiento, es una decisión que involucra diálogo, tolerancia, paciencia, ternura, cariño y perdón; además de la búsqueda del bien común, la solidaridad, la justicia y el servicio.

Sólo el amor nos permite vivir con dignidad.

Vivir hoy. Amar hoy. ¡Qué gran reto!